Hola señor Morera. Frecuentemente en varias paginas uno se encuentra con artículos escritos por personas provenientes del judaísmo que atacan al cristianismo (especialmente al catolicismo). Los argumentos mas recurrentes son que los dogmas del cristianismo son de origen pagano, y completamente incompatibles con el judaísmo de raíz bíblica. Esto logra convencer a muchos creyentes que se terminan decantando al judaísmo (o a los movimientos «mesianicos») en un anhelo de ser «fieles» a la revelación bíblica. Personalmente las refutaciones que respondo a estos ataques pueden resumirse en los siguientes puntos: 1. En el Targum y en el Midrash se lee que el mesías seria de origen divino. Se le relaciona con la expresión aramea «mimra» (palabra de Dios) y se le identifica como un intermediario entre Dios y los hombres, (en forma similar al libro de la sabiduría). Posteriormente, el sabio judío filón de Alejandría expresaría este concepto judío bajo el término helenístico «logos» que igualmente seria retomado por San Juan en su evangelio. Pese a todo esto, la novedad del evangelio radica en que, aunque esta idea de un mesías de origen divino no era incompatible con la mentalidad judía anterior al siglo II, nadie nunca la había afirmado sobre si mismo ni habia realizado los milagros para probarlo tal como lo hizo Jesus. 2. Toda la exegesis mesianica judía actual (todos los requisitos que supuestamente el mesías deberá cumplir), comienza a desarrollarse posterior al siglo II. 3. De todas las posibles profecías mesiánicas, aquellas que, efectivamente se cumplieron, son las que aparecen en el evangelio, en consonancia con la mentalidad judía anterior al siglo II, la mas antigua y verdadera. 4. Existen suficientes indicios en la escritura para creer que el mesías hubiera de completar su tarea en dos momentos o contextos diferentes. Esta duplicidad de contextos relacionados con la llegada del mesías (como mártir y como rey) resulta INELUDIBLE incluso para el judaísmo. Tan es así que la misma tradición judía posterior al siglo II termino desarrollando la teoria de que no habría uno, sino dos mesías, el llamado «mesías hijo de Jose», y el llamado «mesías hijo de David», y que los roles que desempeñarían estos personajes serian completamente diferentes. El primero moriría mártir, y el segundo seria rey glorioso. Esta fue la única manera que el judaísmo posterior al siglo II encontró de abordar esta duplicidad de contextos en torno a la llegada del mesías sin sonar demasiado a » cristianos» 5. La condena que los saduceos hicieron de Jesus como «blasfemo» fue invalida. Ellos nisiquiera creían en la llegada del mesías (a diferencia de los fariseos), mucho menos en un mesías divino, (como afirmaban el targum y el Midrash). Por lo tanto, ellos no representaban la espiritualidad general del pueblo judío. 6. Jesus no vino a revocar el llamamiento especial del pueblo judío. Jesus vino a establecer su iglesia (kehila en hebreo), y su propósito era que todo el pueblo judío pasara a formar parte de esta iglesia. Fue la tradición rabínica posterior al siglo II la que termino separándose definitivamente de este llamado de Dios padre y de Jesus. 7. Jesus no vino a invalidar la ética y la moral de la Torah, de lo contrario hasta los diez mandamientos hubiesen sido invalidados. 8. Jesus en su calidad de rabino, vino a interpretar correctamente la Torah, a revelar su verdadero significado y a su vez delego la autoridad para «atar y desatar» a sus discípulos. Esta expresión «atar y desatar» era una antigua sentencia rabínica (mutar y asur) que denotaba la autoridad para interpretar la escritura y declarar algo como licito o ilícito. 9. Jesus no vino a invalidar la «Tradicion oral» del pueblo de Israel, como el mismo refiere cuando afirma en el evangelio que los fariseos ocupan el «asiento de Moisés». Sin embargo, su intención era que la tradición rabínica quedara subordinada a la interpretación de los apóstoles y de sus sucesores. Lo anterior se confirma en el nuevo testamento, cuando se afirma que muchos fariseos se integraron a la comunidad de Jerusalén, y que en las comunidades primitivas seguían existiendo «maestros», (rabinos). Incluso algunos apóstoles como Pablo y Santiago el menor eran a la vez rabinos y presbíteros, tal como se deduce de sus enseñanzas. 9. La misma tradición judía en el Midrash afirma que a la llegada de la era mesiánica todo el ritual de sacrificios y ofrendas perderían su eficacia, a excepción de la ofrenda de TODAH (en griego «eucaristía»), misma que los apóstoles celebraban cada primer día de la semana, siguiendo el rito y las palabras instituidas por Jesus. 10. Jesus se valió además, de algunos rituales propios de la liturgia judía para establecer los SACRAMENTOS, y dictamino que estos fueran celebrados a perpetuidad. 11. En el concilio de Jerusalén del año 50, los apóstoles (guiados por el espíritu santo) dictaminaron que aquellos seguidores de Jesus que eran de origen judío podían seguir observando la Torah. No porque creyeran que la gracia provenía de la observancia de la Torah (sabían perfectamente que esto NO era así), sino porque entendían también el valor de las OBRAS (como el apóstol Santiago reafirma en su carta). De igual manera entendían (conforme a su mentalidad JUDIA) que los gentiles NO estaban obligados a observar toda la Torah, sino únicamente algunos preceptos (esbozo primitivo de lo que el judaísmo posterior al siglo II terminaría denominando como » preceptos noajicos»). 12. La secta de los «judaizantes» discurría en sentido opuesto a esto, pues consideraban que la santidad (la gracia) efectivamente provenía de la observancia de la Torah, y que incluso los no judíos debían observarla a completitud. La herejía judaizante ha sido condenada varias veces mas, en diversos concilios. 13. No existe fundamento en el antiguo testamento para considerar que la santidad efectivamente provenía de la observancia de la Torah. A lo mucho, aquellos que eran fieles a la Torah eran llamados «justos» (Tzadik), mas NO santos. 14. Sin embargo, la prédica paulina (de tipo rabínica) enseña que, comenzando desde Abraham, aquellos que fueron llamados «justos» (tzadik), fueron justificados a los ojos de Dios por la FE, sin la cual, la observancia de la Torah hubiese sido únicamente un ritualismo vacío. 15. El magisterio de la iglesia continuo evolucionando bajo la autoridad de los sucesores de los apóstoles y guiado por el espíritu santo, declarando lo que era licito o ilícito, de acuerdo a la autoridad delegada por cristo. Son validos o correctos estos planteamientos???, o debería abstenerme de responder de esta forma
Submitted by: Luis Alvarez 08/14/2019
Hola Luis. Excelente y si me lo permite lo pondre en mi web. Esta batalla lleva dos siglos hermano y no creo que hasta que venga el Senor den su brazo a torcer y aun…. Si el Senor te ha llamado a este trabajo, pues adelante. No es facil y con los llamados «Mesianicos» es peor.Bendiciones+