ALEC
05/17/21
Tengo una pregunta ¿existen dos juicios?
Es decir uno para los cristianos y otro para los incredulos.
Según mi amigo existe el tribunal de Cristo el cual no tiene nada que ver con el purgatorio, ya que (según san Pablo o lo seremos juzgados según nuestras obras pero este no es un juicio condenatorio (Romanos 1:8, Juan 5:24), si no que este es conforme a recibir según tus obras que son «distintos niveles de coronas».
Y el juicio de los incredulos que es el del trono blanco. Apocalipsis 20 la Muerte y el Hades devolvieron a sus muertos y estos fueron juzgados según sus obras.»
Prácticamente llama a todos a juicio sin especificar. Pero se me hace raro que piensen en dos juicios, cuando también niegan que serán juzgados amparándose en Rm 8:1.
Se supone que el credo habla del juicio y está gente dice que no que no serán jugados pues estas citas les sirven de apoyo.
Hola Alec. Eso no es mas que delirios protestantes que se dedican a complicar la palabra de HaDios porque creen que San Pablo sabe mas que Cristo. A San Pablo hay que verlo a travez de Cristo, pues Cristo es la Palabra Encarnada.
Segun la Palabra hay dos jucios: El juicio particular se da en el momento de la muerte, cuando cada uno es juzgado según sus obras, para ir a gozar con Dios (paraíso) o sufrir lejos de él (infierno).
Respondió Jesús: Realmente te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso (Lc 23,43). Nos gustaría salir de ese cuerpo para ir a vivir junto al Señor (2Cor 5,8; Filip 1,23)
Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles hasta el cielo cerca de Abraham. Murió también el rico y lo sepultaron. Estando en el infierno, en medio de tormentos, el rico levanta los ojos y ve de lejos a Abraham y a Lázaro cerca de él (Lc 16,22-23).
Y el juicio final:
El juicio final tendrá lugar después de que todos hayan resucitado.
Habrá una resurrección tanto de justos como de pecadores (Hech 24,15).
Sepan que llega la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán mi voz. Los que hicieron el bien saldrán y resucitarán para la vida; pero los que obraron el mal resucitaron para la condenación (Jn 5,28-29).
Estos irán al suplicio eterno y los buenos a la vida eterna (Mt 25,46).
El primer Juicio es personal donde la persona es juzgada de acuerdo con el Evangelio, el segundo es de TODA la creacion y es mas un sellamiento o una separacion que un juicio juridico . Se usa la misma palabra pero difiere el sentido como cuando tu dices «fui a un juicio civil» o dices «no voy a hacer un juicio de esa persona».
Dice el Catecismo:
1021 La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo (cf. 2 Tm 1, 9-10). El Nuevo Testamento habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe. La parábola del pobre Lázaro (cf. Lc 16, 22) y la palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón (cf. Lc 23, 43), así como otros textos del Nuevo Testamento (cf. 2 Co 5,8; Flp 1, 23; Hb 9, 27; 12, 23) hablan de un último destino del alma (cf. Mt 16, 26) que puede ser diferente para unos y para otros.
1022 Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación (cf. Concilio de Lyon II: DS 856; Concilio de Florencia: DS 1304; Concilio de Trento: DS 1820), bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo (cf. Concilio de Lyon II: DS 857; Juan XXII: DS 991; Benedicto XII: DS 1000-1001; Concilio de Florencia: DS 1305), bien para condenarse inmediatamente para siempre (cf. Concilio de Lyon II: DS 858; Benedicto XII: DS 1002; Concilio de Florencia: DS 1306).
«A la tarde te examinarán en el amor» (San Juan de la Cruz, Avisos y sentencias, 57).
1038 La resurrección de todos los muertos, «de los justos y de los pecadores» (Hch 24, 15), precederá al Juicio final. Esta será «la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz […] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación» (Jn 5, 28-29). Entonces, Cristo vendrá «en su gloria acompañado de todos sus ángeles […] Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda […] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.» (Mt 25, 31. 32. 46).
1039 Frente a Cristo, que es la Verdad, será puesta al desnudo definitivamente la verdad de la relación de cada hombre con Dios (cf. Jn 12, 49). El Juicio final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida terrena:
«Todo el mal que hacen los malos se registra y ellos no lo saben. El día en que «Dios no se callará» (Sal 50, 3) […] Se volverá hacia los malos: «Yo había colocado sobre la tierra —dirá Él—, a mis pobrecitos para vosotros. Yo, su cabeza, gobernaba en el cielo a la derecha de mi Padre, pero en la tierra mis miembros tenían hambre. Si hubierais dado a mis miembros algo, eso habría subido hasta la cabeza. Cuando coloqué a mis pequeñuelos en la tierra, los constituí comisionados vuestros para llevar vuestras buenas obras a mi tesoro: como no habéis depositado nada en sus manos, no poseéis nada en Mí»» (San Agustín, Sermo 18, 4, 4).
1040 El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; sólo Él decidirá su advenimiento. Entonces Él pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte (cf. Ct 8, 6).
1041 El mensaje del Juicio final llama a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía «el tiempo favorable, el tiempo de salvación» (2 Co 6, 2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la «bienaventurada esperanza» (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que «vendrá para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído» (2 Ts 1, 10).
Bendiciones+